QUINTA COUSELO.
Viticultores bodegueros desde 1864

Historia de Las Rías Baixas

La historia de nuestra bodega está íntimamente ligada al Monasterio de Santa María de Oia.

El Monasterio cisterciense de Santa María la Real de Oia ofrece un grandioso emplazamiento al océano Atlántico, en una ensenada rocosa, entre las villas de A Guardia y Baiona. Este monasterio comenzó a construirse en el año 1136 bajo el reinado de Alfonso VII.

Como ya señaló Avila y la Cueva en el siglo pasado, el nombre de Oia se relaciona con su emplazamiento. En efecto, “por tener su asiento a orillas de la mar, en una grande profundidad mirada, con respecto a las elevadas sierras que tiene por el oriente, le nombraron Oya, derivado de Oyo”.

Según un cronista cisterciense de la Congregación de Castilla, el cenobio de Oia es el único de la Orden que se levanta a orillas del Atlántico. La fachada de su templo y las dependencias monasteriales del costado occidental se sitúan al borde del mar.

Se conservan los restos de un espolón o malecón a pocos metros de la orilla, cuyos muros se abren en la parte central de la cala, y que configuraba un pequeño pasadizo con saliente y entrante para los barcos de pesca, que se podía tapar con una red o empalizada de madera. El recinto portuario, denominado “camboa”, se empleaba como sistema de pesca y también protegía a las embarcaciones y amainaba la fuerza y el batir de las olas contra los muros del monasterio.

Nuestros vinos

 

 

 

NUESTROS VIÑEDOS

Quinta Couselo pertenece a la subzona de O Rosal, dentro de la Denominación de Origen Rías Baixas.

La bodega se encuentra en el valle de O Rosal, que limita al sur con el río Miño en su desembocadura, y al oeste con el Océano Atlántico. Nuestras tierras se benefician de un microclima especial de influencia atlántica que proporciona temperaturas suaves, abundantes precipitaciones y las horas de insolación necesarias para una maduración apropiada de las uvas.

Los viñedos se localizan en suelos de origen sedimentario, franco, rico en materia orgánica, ácido y profundo. Las variedades que cultivamos son Albariño, Caiño blanco, Marqués (loureira) y Treixadura.

Las plantaciones son cuidadas con prácticas compatibles con la protección y mejora del medio ambiente (Producción Integrada). Se utilizan dos sistemas de conducción, la espaldera y el emparrado gallego.

FINCA «A CHEIRA»

La finca “A Cheira” o “da quinta”, parcela donde se localiza la bodega, tiene una superficie de dos hectáreas de viñedo compuestas fundamentalmente por cepas de albariño de más de treinta años de edad, junto con cepas de loureira y caiño blanco dispuestas en emparrado. Está cerrada con el muro original que construyeron los monjes cistercienses.

El rio Carballas o Tamuxe, último afluente del Miño, es el que marca el límite de la finca por el suroeste.

Finca «Sobral»

La finca del “Sobral”, o “del monte”, es una parcela situada en un lugar privilegiado a 50 metros sobre el nivel del mar y orientada al suroeste, lo que permite una mayor exposición solar consiguiendo una óptima maduración de la uva.

Tiene una superficie de setenta mil metros cuadrados y actualmente están plantadas cerca de 3 hectáreas de cepas de albariño de 15 años de edad. En esta finca convive la plantación en espaldera con el emparrado. Su mayor peculiaridad reside en su suelo pizarroso, bastante raro en la zona.

Además de estas fincas en propiedad, tenemos acuerdos con viticultores de la zona del Rosal a los que adquirimos uvas desde hace más de veinte años, sometiendo todo el proceso de cultivo al control de nuestros técnicos.

Elaboración

Una vez que se corta la uva se traslada con rapidez a la bodega, donde se introduce en cámaras frigoríficas para su enfriado a cinco grados de temperatura. Allí permanecerán durante la noche para conseguir la temperatura adecuada.

La uva se selecciona racimo a racimo en mesa vibratoria, labor ésta fundamental para garantizar la calidad del vino. Posteriormente se despalilla  con el fin de extraer el raspón, evitando de esta forma aportar al vino cualquier  sabor herbáceo.

Después del despalillado se procede a la maceración de la uva con sus hollejos, con el fin de conseguir la máxima extracción de aromas. Este proceso, denominado maceración pelicular, tiene una duración que varía en función de la cosecha y de la variedad de uva.

A continuación se prensa la uva en prensas neumáticas buscando obtener un mosto de máxima calidad. Este mosto se enfría y se mantiene quieto durante un período de unas 24 horas para que todas las impurezas se depositen en el fondo de forma natural, en un proceso que se conoce como desfangado.

Una vez que el mosto ha sido desfangado se pasa a los depósitos de fermentación, donde se desarrolla la fermentación alcohólica de manera controlada a temperatura entre 15 y 16 ºC.

Finalizada la fermentación, que suele durar unos veinte días, el vino permanecerá en contacto  con sus lías finas, que se mueven según el criterio de nuestro enólogo, durante un período de entre 4 y 6 meses,  dependiendo del año. Esta crianza sobre lías busca dotar al vino de una mayor complejidad aromática.

Finalizada esta crianza sometemos al vino a procesos de estabilización en frío y filtración.

Utilizamos depósitos de acero inoxidable con una capacidad máxima de 7.500 litros, lo que nos permite controlar la calidad de los vinos en función de la viña de la que proceden. En Quinta de Couselo nunca embotellamos antes del mes de mayo del año siguiente al de la vendimia, pues consideramos que el vino tiene que madurar dentro de los depósitos de acero.